
A veces una palabra puede hacer mucho daño. Un "no", basta para romper la esperanza de alguien, una simple sonrisa para darte esperanzas. A veces ni siquiera eso. Sólo una mirada. Una es suficiente, si sabes interpretarla correctamente. Un simple movimiento, un pestañeo, una palabra susurrada al viento... A veces puede cambiarlo todo; o nada. Todo depende de la forma con que lo mires.