Odio como me hablas y también tu aspecto, no soporto que lleves mi coche ni que me mires así.
Aborrezco esas botas que llevas y que leas mi pensamiento. Me repugna tanto lo que siento que hasta me salen las rimas.
Odio, odio que me mientas, y que tengas razón. Odio que alegres mi corazón.
Pero aún más que me hagas llorar. Odio no tenerte cerca y que no me hayas llamado.
Pero sobre todo odio no poder odiarte, porque no te odio, ni siquiera un poco. Nada en absoluto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Y tú, ¿qué dices?